Bienvenido a Falsa Realidad

Puedes seguirme en las redes sociales o suscribirte al feed...

¡Suscríbete a este blog!

Recibe en tu correo las últimas noticias del blog, Sólo ingresa tu correo para suscribirte.

Esto debe terminar, NO CREES?...

martes, 9 de noviembre de 2010

El reloj de la casa del Dalai Lama

Té con mantequilla. Frío. Humedad. Camisetas de fútbol colgadas: "You will never walk alone", anuncia una de ellas. Un reloj que marca las doce. Una vaca de leche. Un gato negro bajo los hábitos. Callejuelas. Sabor a picante y a momo. Niños. Chucherías. Barro. Niebla. Un paraguas de colores. Monjes. Monjas. Ruido, mucho ruido. Sonido de cláxons.Clase de filosofía, a golpe de palmada. Peguntas. Respuestas. Incienso. Mantras. De nuevo, ruido. Turistas. Meditación... Bienvenido a la casa del Dalai Lama. La tierra del exilio en el norte de la India.La pequeña Lhasa. Un enclave estratégico a 1.700 metros de altura. La casa de Tenzin Gyatso, el decimo cuarto dalai. A los pies de los Himalayas. Una puerta en el tiempo. Un reloj de arena donde el silencio existe y no existe. Retales cosidos al paso. Olor a leña. 
Una isla a la que todo el mundo puede llegar. No es difícil,  desde Delhi a Amritsar. En avión o en tren. 
A 33.000 pies recomienda encarecidamente dormir en esta ciudad y visitar el Golden Temple Sij. Sin duda, un descubrimiento. Un adelanto de lo que el viajero encontrará a seis o siete horas de coche, en pleno valle de pinos y cedros en Kangra.


Entrada al templo. Callejuelas estrechas. Una vaca que suministra a los monjes la leche necesaria al cabo del día.


En las laderas del valle, bajo los pinos y los cedros, en cabañas de maderas, sin más mobiliario que dos camas y una pequeña madera, residen las monjas budistas.



Los novicios tibetanos se pasan el día estudiando sutras. El sistema de enseñanza apenas ha cambiado, sigue basándose en la repetición memorística bajo la atenta mirada de un monje tutor.


Vista general de Dharamsala. Caminos de arcilla intransitables. Cables eléctricos. La globalización es imparable. Alcanza cualquier rincón del mundo.




Les encanta jugar a fútbol. "You will never walk alone"; dice una de las camisetas.


Arco de seguridad a la entrada del templo donde reside el Dalai Lama. Como se ve, nula.

Los niños son niños, como en cualquier lugar del mundo. Aprenden, meditan, pero, en cuanto pueden, se escapan a comprar dulces, chucherías, a la tienda más cercana.
Momento de meditación

Clase de filosofía

Cocinando momos


Clase de filosofía en el templo de la ciudad

La terraza del monasterio. Después de comer, los monjes se reúnen en esta explanada con vistas al valle.

Cuenta la leyenda que un humilde picador de piedra vivía resignado en su pobreza, aunque siempre anhelaba con deseo convertirse en un hombre rico y poderoso. Un buen día expresó en voz alta su deseo y cuál fue su sorpresa cuando vio que éste se había hecho realidad: se había convertido en un rico mercader.
Esto le hizo muy feliz hasta el día que conoció a un hombre aún más rico y poderoso que él. Entonces pidió de nuevo ser así y su deseo le fue también concedido. Al poco tiempo se cercioró de que debido a su condición se había creado muchos enemigos y sintió miedo.
Cuando vio cómo un feroz samurai resolvía las divergencias con sus enemigos, pensó que el manejo magistral de un arte de combate le garantizaría la paz y la indestructibilidad. Así que quiso convertirse en un respetado samurai y así fue.
Sin embargo, aún siendo un temido guerrero, sus enemigos habían aumentado en número y peligrosidad. Un día se sorprendió mirando al sol desde la seguridad de la ventana de su casa y pensó: "él si que es superior, ya que nadie puede hacerle daño y siempre está por encima de todas las cosas. ¡ Quiero ser el sol !".
Cuando logró su propósito, tuvo la mala suerte de que una nube se interpuso en su camino entorpeciendo su visión y pensó que la nube era realmente poderosa y así era como realmente le gustaría ser.
Así, se convirtió en nube, pero al ver cómo el viento le arrastraba con su fuerza, la desilusión fue insoportable. Entonces decidió que quería ser viento. Cuando fue viento, observó que aunque soplaba con gran fuerza a una roca, ésta no se movía y pensó: ¡ ella sí que es realmente fuerte: quiero ser una roca ! Al convertirse en roca se sintió invencible porque creía que no existía nada más fuerte que él en todo el universo.
Pero cuál fue su sorpresa al ver que apareció un picador de piedra que tallaba la roca y empezaba a darle la forma que quería pese a su contraria voluntad. Esto le hizo reflexionar y le llevó a pensar que, en definitiva, su condición inicial no era tan mala y que deseaba de nuevo volver a ser el picador de piedra que era en un principio.

No hay comentarios: